9 abr 2014

El pañuelo, ese toque elegante del look.

Por Elena Valor.

Es una tendencia que se ha asentado en nuestro armario desde hace tiempo y no parece que vaya a desaparecer. Los pañuelos pueden cambiar un look en tiempo récord, son baratos, vistosos y muy versátiles. De seda, algodón, poliester, gasa, ... y de todos los tamaños.



Un pareo de estampado de cebra sobre fondo azul eléctrico que me regalaron hace años en Ibiza me ha servido para dar un toque chic a mi muy frecuente total look negro. Todo un fondo de armario.



Pero observando en la calle cómo se ponen los pañuelos, podíamos añadir alguna innovación a la clásica vuelta en el cuello. Os traigo aquí algunas propuestas que nos muestra Lucia Ferré de atreveteconlamoda.com que pueden ser interesantes ¿Las probamos?




¡Feliz primavera! y como siempre...

Cuidate y sigue tan guap@


4 mar 2014

La búsqueda desesperada del cliente.

Por Elena valor.

Hoy quiero comentar un tema que es recurrente en mis cursos de ventas y que parece que empieza aburrir pero siempre desde un punto de vista teórico. La tan traída "orientación al cliente" no es real por mucho que se devanen los sesos los equipos de marketing, no se pone en práctica la mayoría de las veces.

Una empresa que se precie debe estar orientada al cliente, o lo que es lo mismo, preocuparse de adaptar la oferta de dicha empresa a la necesidades y deseos del cliente. Si eso es así ¿porqué a los viejos clientes, por poner un ejemplo, de las compañías de teléfono, solo nos hacen caso cuando amenazamos con pasar a ser ex-clientes?



En la búsqueda desesperada de nuevos clientes, las empresas no se dan cuenta de que es mucho más sencillo retener a un cliente antiguo que captar a uno nuevo. El tiempo, dinero y esfuerzo que supone lo segundo es cuatro veces más. Y en vez de potenciar el contacto humano, la sonrisa, la eficacia, tener algún "detalle" (llámese descuento o lo que sea) a los clientes de hace tiempo, a las empresas les da por ofrecernos una tarjeta de fidelidad que viene a complicarnos un poco más la vida.

Antes de poner gasolina, comer en un restaurante, salir de escapada o de negocios a un hotel o comprarse unas gafas de sol tienes que hacer todo un estudio para analizar dónde es más conveniente, eso sin hablar de qué compañía eliges para pagar el recibo de la luz o el gas. (Mira que me han explicado cómo traducir el recibo de la luz... y no  hay forma. Además ya no tengo sitio en la cartera para tanta tarjeta).



Vamos a ver: ¿no sería más fácil que yo como clienta estuviera contenta con el servicio y precio que me ofrece una tienda, hotel, compañía eléctrica, banco, etc para que no tuviera que pensar con quien me voy? ¿Es tan complicado, más ahora con los CRM y Big Data, que tengan en cuenta mis gustos (¡si lo saben todo de mi!), que me ofrezcan descuentos en los productos que uso, no en otros, por favor. Que en vez de felicitarme por mi cumple (cosa que cada año me hace menos ilusión) me hagan un regalo, pero de verdad y sin fecha de caducidad?



Es cierto que algunas empresas te sorprenden gratamente, las menos. El objetivo sigue siendo el mismo: engancharte y no dejarte marchar, pero si es por voluntad propia ¡bien venida sea la fidelización!. Si es penalizándome y complicándome la vida... quieran o no, acabaré marchándome. El cliente puede ser muy paciente y muy terco también.

Nos vemos a la próxima.


23 ene 2014

Quiero verme diferente

Por Elena Valor.

El profesor de un curso sobre Personal Shopper al que asistí, insistía en que su mayor problema como asesor era la inseguridad de las mujeres a la hora de analizarse frente al espejo, pero no es un tema exclusivo de mujeres. Todos y todas somos nuestros mayores críticos: me sobran unos kilos, unos años, no consigo vestir como me gustaría, soy tímido, no lo suficientemente culto,...

A veces hacemos algo para cambiar y acercarnos a nuestro yo ideal, nos vamos a la peluquería, y ¡qué pocas veces salimos satisfechas del resultado!, salimos de compras, nos inscribimos en el gimnasio, empezamos una dieta, nos apuntamos a un curso... todo muy típico de estos comienzos de año, aunque a estas alturas del mes los buenos propósitos han pasado a la lista de los "no conseguidos".



Desde aquí os quiero proponer un cambio de "chip", no es cuestión de tomar medidas paliativas, la clave es afrontar el reto de modo global, y no siempre en solitario. La perspectiva de alguien que nos vea desde fuera puede aportar muchas facetas en las que no habíamos deparado. Es tan distinto el "cómo me veo" y el "cómo me ven".

Primero hay que hace un análisis objetivo sobre donde radican mis fortalezas y mis debilidades. Y no vale ver la imagen externa como algo aislado de yo profundo. Si eres una persona feliz, confiada de si misma, satisfecha, eso se transmitirá al exterior y, lamentablemente al revés. ¿Cómo quieres verte? ¿ Qué estás dispuesto a hacer para conseguirlo?



Es hora de tomar decisiones que nos lleven a la alegría y a la serenidad. Psicólogos, asesores de imagen, personal shoppers, nutricionistas... están ahí para ayudarnos y, gracias a la crisis, (alguna cosa buena debía tener), los precios se han vuelto muy asequibles. Pero la labor radica en uno mismo, debemos dar el paso hacia un cambio efectivo.

Reflexión, toma de datos de nuestro entorno, aguante ante las críticas, búsqueda de ayuda externa, son algunas cosas que podemos y debemos hacer si nuestro objetivo es cambiar y por supuesto para bien.

Mucha suerte y, por favor, se tú quien tome las riendas. Nos vemos a la próxima.