4 oct 2013

La cara el espejo del alma

Por Elena Valor.

"A partir de los 40 años cada quien es responsable de su cara", lo oí en alguna ocasión y me hizo pensar. Ancianos con caras bondadosas en las que se descubre que han sonreído y siguen sonriendo mucho, otros, incluso todavía no viejos, con entrecejos marcados que denotan muchos momentos de enfado, pieles que denotan el gusto por el aire libre y el mar, ojos con bolsas y ojeras que cuentan las noches en vela,...




Mirando a la gente podemos imaginar cómo son y cómo ha sido y es su vida. Es cierto que no deja de ser superficial fiarnos de la primera impresión, pero está demostrado que en los primeros 30 segundos de conocer a una persona ya nos hemos hecho una idea bastante inamovible de cómo es.

Traigo hoy la reflexión del psicólogo Domingo Delgado, coach de imagen, en su blog Lo superficial y lo profundo están conectados : "Cada de nuestras conductas está conectada con un entramado de conexiones que se reflejan en el físico y que también se enlaza con la imagen. La imagen como manifestación última de quienes somos, no como apariencia exclusivamente.
Entonces, ¿la imagen es apariencia? o…¿es la imagen la manifestación externa de nuestro ser más profundo?"



En un mundo más esclavo día a día del aspecto, que ensalza la juventud, la belleza, la delgadez, ¿es posible enmascarar nuestro yo interno? ¿es conveniente hacerlo? o con ello ¿estamos no solo engañando a nuestro entorno sino a nosotros mismos?

Mientras me planteo estas cuestiones sí que tengo una certeza: La educación, la cortesía, en las que tanto insisto desde aquí, los cuidados personales, la higiene, el sentirse bien con nosotros mismos, no solo nos ayudará a vernos mejor en el espejo, sino a ser mejores.

Ahora bien ¿dónde ponemos el límite?

Cuídate y sigue tan guap@