Por Elena Valor.
¿Cómo llevamos el otoño? Segura de que sobreviviremos al mal tiempo y a la detestable crisis, quiero traer a este blog una reflexión que realizaba hace poco con un estupendo grupo que tengo de alumnas en un curso de Protocolo. ¿Está mal visto llevarse la comida que no nos comemos de un restaurante? Y quien dice comida dice también la botella de vino que no hemos terminado.
Por supuesto que no, no solo lo hemos pagado sino que se puede considerar hasta de mal gusto desperdiciar alimentos, más sabiendo como las colas de los comedores sociales van en aumento día a día, y además, es un reconocimiento al buen hacer de la cocina.
Dejémonos de vergüenzas y falsas excusas como "es para el perro". En otros países de nuestro entorno no es nada raro pedir que nos pongan para llevar lo que no hemos comido y que, todo sea dicho, nos va a arreglar una cena o almuerzo.
Sería un detalle por parte de los restaurantes que ellos mismos lo ofrecieran y que incluyeran en el precio unos recipientes adecuados para que sus clientes pudieran disfrutar de su cocina fuera del local. No tenemos porqué sentirnos "husmias" ni recordar historias de posguerra que nos contaban nuestros bisabuelos. Nada tiene que ver con la racanería, sino que es un acto de responsabilidad con esta sociedad que nos ha tocado donde cada vez exigimos más como clientes y el despilfarro ya se considera imperdonable.
Atrevámonos a pedir lo que es nuestro y olvidemos la timidez en estos asuntos, "protocolariamente" es más que correcto.
Nos vemos a la próxima y como siempre
Cuídate y sigue tan guap@
¡Fenomenal la entrada! Yo lo hago, porque me ponen unas raciones excesivas cuando a veces como con los del trabajo. Pero me da que sobre todo los hombres de una cierta edad no ven muy bien esto. Prefieren reventar comiéndolo todo o dejarlo en el plato.
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